La historia de Encuentro Matrimonial Mundial comenzó en 1952 en España cuando un joven sacerdote diocesano, el Padre Gabriel Calvo, junto con un matrimonio, comenzó a desarrollar una serie de conferencias para parejas casadas, como un instrumento para facilitar y profundizar el diálogo entre los cónyuges y aprender a vivir una relación sacramental al servicio de los demás.
Durante aproximadamente 10 años los equipos de matrimonios “del Papa Pío XII”, (como fueron llamados) viajaron por toda España ofreciendo esta serie de conferencias para parejas casadas.
En 1962, el Padre Calvo presentó en Barcelona las conferencias como un retiro de fin de semana.
En 1966 los obispos españoles pidieron que todos los movimientos familiares se agrupasen en uno solo, el Movimiento Familiar Cristiano, del que fue nombrado consiliario el Padre Calvo, y los retiros del fin de semana pasaron a ser un servicio de este movimiento.
En 1967, el padre Calvo y algunos matrimonios viajaron a Nueva York a un congreso del Movimiento Familiar Cristiano. Allí coincidieron con Chuck Gallagher, un sacerdote jesuita que ejercía de profesor en una escuela.
El padre Gallagher pensaba que la escuela no podía hacer nada en la educación de los jóvenes sin la implicación de sus padres y de hecho constataba que la seguridad de un niño dependía en gran parte del amor que sus padres se tenían, es decir de la calidad de su relación de pareja.
En la experiencia del Padre Calvo encontró una respuesta a sus preocupaciones.
Chuck Gallagher combinó la experiencia de vida de los retiros del Padre Calvo con los ejercicios espirituales de San Ignacio y elaboró un primer bosquejo de las presentaciones del Fin de Semana, al que consideró como un curso acelerado de comunicación.
Pronto esos fines de semana se fueron extendiendo por los Estados Unidos y en 1972 comenzó su expansión internacional, pasando a denominarse Encuentro Matrimonial Mundial.
En Noviembre de 1977 el Consejo Mundial, con el apoyo de México, prepara la expansión de Encuentro Matrimonial a la República Argentina.
Luego de algunas tratativas entre el obispo de México y el Cardenal Aramburu, llegan a Buenos Aires un matrimonio encuentrista mexicano y contactan al padre Santiago Rebordinos para ultimar detalles.
Renovados en el amor, no tardaron en contagiar esta experiencia a familiares y amigos expandiendo el movimiento por el resto del país convencidos de que es posible “CAMBIAR EL MUNDO POR AMOR”.
